Adquirir una propiedad con una hipoteca de tasa fija es atractivo por la estabilidad de los pagos a lo largo del tiempo. Este hecho brinda una sensación de seguridad al invertir, ya que conocemos un valor que permanecerá constante, a diferencia de los costos de alquiler que tienden a aumentar con el tiempo.
Sin embargo, esta percepción no es del todo exacta, y es crucial entender este detalle. Durante el proceso de solicitud de hipoteca, escucharás la expresión PITI, que significa Principal, Intereses, Impuestos y Seguros. Este acrónimo refleja la cuota mensual a pagar y desglosa los componentes clave de la hipoteca.
Principal: Es la cantidad de dinero que tomas prestada del prestamista para comprar la propiedad. Este monto no incluye los intereses que pagarás sobre el préstamo.
Interés: Representa la parte que pagarás por concepto de intereses, calculada en función de la tasa de interés y el saldo principal restante del préstamo.
Impuestos: Los impuestos a la propiedad son calculados y cobrados por los gobiernos locales en función del valor tasado de la propiedad. La mayoría de las hipotecas requieren que los prestatarios paguen una parte de estos impuestos cada mes en una cuenta de depósito en garantía.
Seguros: Incluye el seguro de propietarios de vivienda, que protege contra daños o pérdidas por eventos cubiertos, y el seguro hipotecario privado, requerido si el pago inicial es inferior al 20% del precio de compra de la vivienda.
El término PITI se refiere al pago mensual total que incluye estos componentes, proporcionando una visión completa de lo que debes cada mes por tu hipoteca. Aunque el pago de Interés y Capital no varía en 30 años en una hipoteca de tasa fija, tu cuota mensual sí puede cambiar debido a los impuestos a la propiedad y los seguros, que se ajustan anualmente.
Estar preparado es fundamental, y como siempre, tu Mortgage Broker es la persona más indicada para resolver cualquier inquietud al respecto. Si deseas profundizar en este tema, te invito a leer el artículo completo en nuestro blog.
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